Este mes nos vamos a la Ribera de Duero, una denominación que ha ido creciendo en reconocimiento con el paso de los años gracias al buen hacer de algunas grandes marcas y también a las elaboraciones de calidad de muchos propietarios que, si en un momento dado vendían sus uvas a cooperativas o grandes elaboradores, con el paso del tiempo han emprendido aventuras empresariales personales.
Os presentamos los vinos de dos bodegas que representan dos vertientes distintas de los vinos de esta denominación. Una, Blas Serrano, ubicada en Fuentelcésped surge a primeros de este siglo cuando Luis Miguel y Eugenio de Blas y José Manuel Serrano inician una aventura para recuperar la tradición familiar de viticultura. La otra, Balbás, ubicada en La Horra, es una bodega de larga tradición en la zona, seis generaciones, que cuenta con el privilegio de ser una de las ocho fundadoras de la denominación de origen en 1982.
De la bodega Blas Serrano os presentamos dos vinos, uno el Phylos, dos botellas, un clásico Ribera con crianza de doce meses en roble francés, el otro, que lleva el nombre de la bodega presenta una crianza más prolongada, unos diecisiete meses en roble francés . Son vinos elegantes donde se nota la mano de la enóloga Sophie Khun que ha trabajado en grandes chateaux de Burdeos (Cheval Blanc) y en Borgoña.
Balbás, por su parte, es también una bodega familiar en la que los fundadores han dejado paso a las nuevas generaciones nacidas en los ochenta. Los vinos que presentamos son el Pago de Balbás, vino de una sola finca elaborado de manera tradicional con la variedad de la región y criado en roble francés durante nueve meses. El segundo vino, dos botellas en total, es el Balbás 5 mesas y es el arquetipo de vino de Ribera fresco y fácil de beber donde la fruta predomina sobre los cinco meses de crianza en barrica.
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