¿Cree que la crianza en madera es una buena opción para los vinos blancos o, en cambio, es de la opinión de que es mejor optar por elaboraciones más sencillas que preserven el carácter de la variedad? O simplemente opina que todo depende de las circunstancias y que una y otra opción pueden ser igualmente buenas en función del momento y del acompañamiento.
Este mes os queremos dar pistas de cómo orientar vuestras preferencias con una selección de seis vinos blancos de tres bodegas diferentes, tres elaborados con crianza en madera y el resto sin. Para hacerlo más diverso, las tres bodegas son de tres zonas vinícolas diferentes y también las combinaciones de las variedades son muy diversas. No podemos garantizar que una vez degustada la selección te hayas formado una opinión definitiva sobre este pequeño dilema pero seguro que la habrás disfrutado.
La primera pareja de vinos viene de Valencia, concretamente de "Bodegas Angosto" situada en Fontanars y fundada en 2005 por una familia de larga tradición vitivinícola dedicada durante más de un siglo a la preservación y cultivo de variedades de uva. Los vinos de Rafa Cámbra son personales e intensos y queremos presentaros dos. El primero es el Almendros, un coupage de Verdejo y Sauvignon Blanco fermentado y madurado durante cinco meses en barrica de roble francés. Es un vino equilibrado, con aromas especiados, buen compañero de manjares suaves. El segundo, podríamos decir, su hermano pequeño es el Angosto, vino elaborado de manera tradicional y con un coupage que más allá del Verdejo y Sauvignon Blanc incorpora también el Chardonnay y el Riesling. El resultado, un vino fresco y equilibrado, de un cierto cuerpo, que destila notas de fruta y flores.
La segunda pareja viene de la bodega Cèrvoles situada en la Pobla de Cèrvoles, Costers de Segre, un proyecto de Tomás Cusiné uno de los hombres que más ha hecho por esta denominación de origen. El primer vino, El Cèrvoles es un coupage de Chardonnay y Macabeo procedentes de parcelas situadas entre 700 y 800 metros en la Sierra de la Llena. Fermentado y criado en madera de diferentes tamaños y procedencias durante ocho meses es un vino con cuerpo y de fondo mineral que, en el año fue distinguido el con el Premio Vinari al mejor vino de Cataluña. Sencillamente remarcable. El segundo vino es el Colors que también puede ser considerado el hermano pequeño del anterior. Fermentado en inox y criado sobre lías, su coupage que sólo se diferencia del anterior por la presencia de una proporción de la variedad Petit Manseng propia del Suroeste Francés que normalmente se utiliza para hacer vinos licorosos.
La tercera pareja viene del Penedès, en particular, de Vins L´Apical proyecto relativamente joven, nacido en 2012, emprendido por Sergi Sevillano, Martí Giralt y Josep Badia. Basados en Llorenç del Penedès, el foco de estos viticultores está en la viña y en el trabajo con variedades propias de la zona. Sus producciones son muy limitadas. El primer vino es el Coll de la Sitja, un macabeo fermentado y criado en roble durante cuatro meses caracterizado por una frescura y carácter frutal extraordinarios. La madera es simplemente un complemento que no destaca pero que acompaña. El segundo vino es el Methodic, elaborado con ´xarel·lo Vermell´, fermentado con las pieles y, por tanto, clasificable como vino brisado. Es un vino acidez elegante que le augura una buena conservación en botella.
Una selección que es un pequeño festival de blancos.
